Uribia

Uribia, conocida como “la capital indígena de Colombia”, es un destino fascinante que te sumergirá en la cultura wayuu y la belleza del desierto de La Guajira. Aquí te presento una descripción breve y atractiva de Uribia:

Cuna de la Cultura Wayuu: Uribia es el corazón de la cultura wayuu, la comunidad indígena más grande de Colombia. Al visitar esta ciudad, tendrás la oportunidad de conocer de cerca las tradiciones, el arte, la música y la vida cotidiana de los wayuu. Las rancherías locales ofrecen una experiencia auténtica para aprender sobre su rica herencia.

Paisajes Desérticos Impresionantes: El entorno natural que rodea Uribia es simplemente espectacular. Desiertos de arena dorada se extienden hasta donde alcanza la vista, interrumpidos solo por cactus gigantes y oasis ocultos. Los paisajes desérticos de Uribia son ideales para la fotografía y para aquellos que buscan una experiencia única en la naturaleza.

Uribia es un destino que te llevará a un mundo diferente, donde la cultura indígena wayuu y la belleza del desierto se entrelazan para ofrecerte una experiencia auténtica y enriquecedora. Ven y descubre el encanto de Uribia mientras exploras la riqueza de La Guajira. ¡Te esperamos en este rincón único de Colombia!

Uribia, Cabo de la Vela: Patrimonio cultural entre el desierto y el mar

Uribia, hoy conocida como: “Capital indígena de Colombia” por ser el municipio con mayor población indígena del país, está ubicado al norte del departamento de La Guajira, y se estima que cerca del 80% de su población pertenece a La etnia Wayuu. Uribia, es un importante destino turístico por sus playas, sus desiertos y sus sitios arqueológicos. Los indígenas Wayuu se extienden por lo largo de la media y alta guajira, intentando conservar su forma de sentir, pensar y actuar a través de sus tradiciones y conocimientos, haciendo de esta cultura una de las más ricas y vibrantes de Colombia.

Su arte, es considerado Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, y como máximo exponente de la misma está La Mochila Wayuu, esa fascinante pieza de arte elaborada a mano, con materiales propios de la región, que contiene grabada en sí misma toda la historia y la cultura ancestral. Convirtiéndose así en una de sus artesanías más atractivas y de gran demanda, lo que representa también una fuente de ingresos en la economía de esta región. La comunidad indígena que aquí habita es conocida por ser un pueblo muy espiritual, con muchas creencias y rituales que en su día a día llevan a cabo para conservar su idiosincrasia. Además de esto son también un pueblo resiliente, que ha sabido de cierta manera preservarse y mantenerse unidos, teniendo en cuenta que habitan una zona desértica, la cual los priva de ciertas comodidades o recursos vitales como lo es el agua potable.

Pero aún con estas condiciones es tan fuerte el vínculo de esta comunidad con el territorio, que luchan por su permanencia en estas tierras, puesto que ha sido del lugar donde han enterrado a sus muertos. Los cementerios son un espacio de gran valor para Los Wayuu puesto que los consideran como un pedazo de su memoria, o como un testimonio de su procedencia y territorialidad. Unos de los elementos destacados de la Sociedad Wayuu es precisamente la vivienda y la forma como ha desarrollado sus asentamientos, como símbolo de unión familiar, comunidad y cultura. Las rancherías, consiste en una unidad familiar compuesta por un número reducido de casas, llamadas Piichipala, conformadas por las diversas construcciones necesarias para la vida de las familias y para el desarrollo de sus actividades económicas.

Estas rancherías cuentan con una distribución y organización muy particular, por ejemplo, ubican la cocina aparte y usualmente no cuentan con techo. Otra particularidad es que disponen de corrales en los cuales mantienen a los animales al caer la noche, y también Rozas, que son cercas que utilizan para cuidar sus cultivos y protegerse de los fuertes vientos. Cabe mencionar que todas las rancherías son construidas con materiales que les brinda la naturaleza. El material predominante para los muros es el bahareque y el Yotojoro: el corazón del cactus o cardón. Por si fuera poco, el uso de este material es de propiedad exclusiva de las comunidades indígenas de La Guajira y no se encuentra fuera de ellas.

Todo este fascinante mundo poco explorado de la comunidad Wayuu es de gran interés para los amantes del etnoturismo, es por esto que Uribia y todos sus alrededores se perfilan como destinos turísticos, que brindan una experiencia cultural única. El Cabo de la vela ya famoso por sus paisajes y la tranquilidad que brinda, sin pasar por alto que geográficamente constituye el extremo de Sur América, circunstancia que seduce a los viajeros del mundo. Se enriquece aún más por su cercanía a rancherías, es por ello que dentro de su oferta turística también brinda a los visitantes la experiencia de adentrarse al mundo Wayuu, en el que pueden visitarlas y convivir con los indígenas, conocer su día a día, creencias y los rituales qué ahí se llevan a cabo.

Además aprender y disfrutar de manera práctica las técnicas de construcción con la que desde sus antepasados, organizan sus rancherías, los materiales y diseños que utilizan y el porqué de estos, tal como es el caso de las ramas de bahareque y el barro, que juntos con el Yotojoro, se convierten en piezas arquitectónicas ancestrales.
Así también, la experiencia cabo de la vela ofrece un lugar fascinante, una playa de aguas cristalinas, como lo es El Pilón de Azúcar que cuenta con un cerro, que lleva el mismo nombre, desde el que se puede apreciar toda la encantadora panorámica de este lugar; el inmenso desierto y el imponente mar. El Pilón de Azúcar es una roca blanca en el mar, que funcionó de guía para primeros pobladores navegantes del Mar Caribe, y es un sitio adorado por los indígenas wayuu, que le llamaron Kamaici. En Wayuunaiki, lengua de los nativos, significa “Señor de las cosas del mar” y tiene un profundo significado mitológico.

Por si fuera poco, promoviendo la importancia del legado cultural indígena y exaltando la labor de la mujer Wayuu, los visitantes pueden disfrutar y aprender sobre las técnicas de hilado y elaboración de piezas de artes como Mochilas, manillas, entre otras piezas que fascinan por sus colores, diseño y su complejidad. Mediante esta actividad se puede comprender que el tejido es más que una actividad cultural para los Wayuu. Es una forma de expresión que les permite compartir sus creencias, valores y visión del mundo.

En el Cabo de la Vela, los visitantes pueden disfrutar de las playas, el desierto y los paisajes únicos de la península de La Guajira, y también evidenciar las historias ancestrales protegidas las paredes de cada ranchería. Convirtiéndolo si duda en una experiencia inolvidable, qué promueve el cuidado del medio ambiente, como También del legado ancestral.